Si un son me llegara
cuando el alma dice que no,
cuando la flor que nació
parece que está llorando.
Y el día como dudando
parpadea y parpadea.
Vacío candil que humea
en la rota madrugada.
Yo no pido casi nada
y que venga Dios y vea.

Todo lo que amo miro
con ojos de despedida,
no fue una fiesta la vida
y duró lo que un suspiro.
Su aroma amargo respiro
mientras se van los cantores
y entornados miradores
dicen de mozas dormidas.
Busqué fuentes escondidas,
y hallé la de mis sudores.

Mas, ¿la fuente no sería esa,
la de tanto esfuerzo;
de donde emana el verso
turbio de melancolía.
Decirlo, ya no podría
(y quién decirlo podrá?)
si vertiginosa va
la vida en el remolino
¿A dónde va el peregrino
que sólo sabe que está?

Duermo. Sueño que alguien sabe
¿será el arquitecto? y calla
El puso al pez en la malla
y en el desierto al agave
Soltó para el hombre, el ave
que es tierra y altanería:
delicada simetría
que va de terrón a alondra
Pero el miedo me atolondra:
cierro los ojos al día.

Pero si en la madrugada
me llegara un son
en la perfecta aleación
del corazón y la nada,
una canción trabajada
por el miedo y la entereza;
con la sórdida belleza
que sólo la vida tiene.
Pero la canción no viene,
viene la muerte y me besa.

Washington Benavídes - Jorge Galemire


Jorge Galemire - Un son




Laura Canoura - Un son